La innovación turística ha entrado en una nueva fase. Ya no basta con crear tecnología: ahora el verdadero valor está en comprender cómo interactúan los turistas con ella, cómo toman decisiones y qué elementos influyen realmente en su experiencia. En este contexto, el Living Lab turístico se ha convertido en una pieza estratégica para el sector.
En plena consolidación del turismo inteligente, los Living Labs aplicados al turismo permiten observar, medir y analizar el comportamiento de los viajeros dentro de entornos inmersivos. Aquí es donde destinos, empresas e instituciones pueden entender —con datos reales— cómo se inspiran los turistas, cómo comparan opciones y cómo evalúan productos y servicios antes, durante y después del viaje.
A diferencia de los pilotos tecnológicos tradicionales, un laboratorio turístico no es simplemente un espacio de prueba: es un laboratorio de comportamiento turístico en tiempo real, donde la tecnología se encuentra con el usuario final y donde cada interacción aporta insights valiosos para diseñar un turismo más competitivo, eficiente y sostenible.
Qué es realmente un Living Lab turístico y cómo funciona
En el caso de Spain Living Lab, un Living Lab en turismo es un entorno inmersivo tridimensional que reproduce destinos, recursos y servicios turísticos con alto nivel de realismo. En él, los usuarios pueden:
- Explorar destinos dentro de un espacio digital 3D interactivo.
- Comparar destinos y proveedores turísticos a escala global.
- Interactuar con agentes virtuales de IA conversacional, capaces de guiar, recomendar itinerarios, sugerir vuelos, hoteles o actividades, y resolver dudas en tiempo real.
Este enfoque permite comprender cómo navegan los visitantes, qué información consultan, qué argumentos les influyen y cómo valoran diferentes alternativas. Todo ello se convierte en datos anonimizados que fortalecen la experiencia del viajero, la competitividad de las empresas y la sostenibilidad de los destinos.
En este sentido, el proyecto Spain Living Lab ha desarrollado 450 Living Labs turísticos, clasificados en dos grandes tipologías:
- 266 Meta Labs, enfocados en la fase de inspiración, planificación y comparación de destinos.
- 184 Business Labs, orientados al análisis de equipamientos, instalaciones, servicios y experiencias de empresas proveedoras.
Gracias a este modelo, es posible analizar el proceso completo del viaje: desde la primera chispa de inspiración hasta la decisión final de compra. Esto convierte al proyecto en un ecosistema de innovación más profundo y estratégico que cualquier prueba piloto tecnológica y en una referencia internacional en turismo inteligente.
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Innovación abierta y colaboración público-privada
El éxito de un Living Lab turístico reside en que no es un proyecto aislado, sino un entorno de innovación abierta donde colaboran:
- Administraciones públicas
- Universidades y centros de investigación
- Empresas turísticas
- Centros tecnológicos
- Startups y proveedores de soluciones innovadoras
- Usuarios reales
Este modelo colaborativo aporta rigor científico, capacidad tecnológica y una visión estratégica compartida, mientras que el turista ofrece su comportamiento real en un entorno medible. El resultado: una innovación más rápida, más segura y orientada a resultados tangibles.
Canarias, territorio líder en Living Labs aplicados al turismo
Canarias se ha posicionado como uno de los territorios líderes en Living Labs de turismo gracias a su diversidad geográfica, su fortaleza como destino internacional y su apuesta decidida por la innovación.
Aquí, proyectos como Spain Living Lab han convertido al archipiélago en un auténtico laboratorio turístico vivo, donde se experimenta el turismo del futuro: más inteligente, más sostenible y más conectado con las personas.
Un ecosistema que combina Living Labs turísticos, IA conversacional, análisis de comportamiento y entornos 3D para crear una infraestructura única a nivel internacional. Este proyecto permite a destinos y empresas anticiparse a tendencias, optimizar decisiones y diseñar experiencias basadas en datos reales y no en suposiciones, reforzando así su competitividad en un mercado global.